Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor

Somos una Congregación Religiosa de la Iglesia Católica, fundada en 1864 en Ciempozuelos, Madrid, España. Su espíritu misionero la llevó a expandirse por el mundo y hoy está presente en diferentes países de 4 continentes: Europa, América, Asia y África.

 
Continuando la historia que comenzaron a escribir nuestros Padres Fundadores, Madre Antonia de la Misericordia y Padre José María Benito Serra, sentimos el llamado de Dios y seguimos las huellas de Jesús Redentor en esta realidad concreta de Guatemala. Es aquí donde por medio de las mediaciones – Padre Jesús Rodríguez y Monseñor Álvaro Ramazzini – se pudo concretar el sueño de acompañar y caminar con cientos de mujeres afectadas por el fenómeno de la prostitución en esta zona fronteriza del Departamento de San Marcos a partir del año 1995. Un camino que  no ha sido fácil pero que ha valido el esfuerzo al ver  renacer la esperanza en  la  vida de las mujeres en  medio de múltiples situaciones de muerte y explotación a las que constantemente están expuestas.

Hoy, viviendo el Bicentenario del nacimiento de nuestro padre fundador y al agradecer a Dios por estos XV años de presencia misionera en Guatemala, el   Carisma nos sigue animando, impulsando y especialmente nos sensibiliza  a seguir apostando por las mujeres en situación  de prostitución, víctimas de estructuras injusta y muchas veces atrapadas por redes de trata con fines de explotación sexual.

Siendo fieles a este llamado de Dios a cuidar la vida amenazada de tantas mujeres es que intentamos compartir con ellas un camino de Evangelización Liberadora.

Somos Oblatas del Santísimo Redentor y desde la misericordia, la alegría, la solidaridad y el amor nos ofrecemos cada día aportando para construir otro mundo posible, creyendo en la dignidad de las mujeres y de todas las personas, confiando ante todo en el Dios de la Vida que nos va dejando sus huellas y nos llama cada día a seguirlo

Gracias por celebrar con nosotras este bello día y  pidamos juntos y juntas al Dios de la vida y a María de Guadalupe para que la esperanza, la luz y el compromiso con las más pobres guíen nuestros pasos.

Luz Angélica.